Las víctimas, los grandes olvidados de ETA
Pablo Clemente
Los familiares y amigos de las víctimas siguen sin ser escuchadas cuando se cumplen 10 años del adiós a la banda terrorista
Un estudio realizado por Dignidad y Justicia afirma que más de 377 crímenes causados por etarras no han sido resueltos. Sumados también a los asesinatos de los amnistiados, se concreta que un 44 por ciento de los crímenes no están esclarecidos de forma oficial.
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La banda terrorista ETA, durante sus más de 50 años en activo, asesinó a 853 personas de manera directa. A su vez, con el dolor causado en las familias de los asesinados, la vida para ellos, en parte, también acabó en esos instantes. Tras muchos años sufriendo en silencio, de mano de @sruizdeazua, periodista y redactor jefe de Cadena Cope Euskadi, las historias de más de un centenar de víctimas están saliendo a la luz. ”Cuando pasaba un asesinato, los medios de comunicación siempre nos preocupábamos por conocer todos los detalles del suceso y dejábamos a un lado el papel de las víctimas”, afirma Santiago.
A pesar de que hace justo diez años del fin del terrorismo vasco, el dolor de las víctimas parece no tener fecha de caducidad. Mientras que los discursos de los políticos parecen conducir hacía una lenta reconciliación y perdón hacia las víctimas a través de palabras, las propias víctimas reclaman colaboración y respeto a través de la justicia. “Más de 300 familias no ponen cara a los asesinos de sus seres queridos”, comenta Santi .“Exigen discursos sinceros” .
El pasado 24 de septiembre se estrenó en cines la película de Icíar Bollaín “Maixabel”, en donde se refleja la historia vivida por muchos vascos durante los años en los que la banda terrorista estuvo activa. Para el redactor de la Cadena Cope este tipo de filmes son fundamentales .“Se necesita crear interés en las generaciones jóvenes por la historia reciente de ETA a la vez que sirva para que los que lo vivieron hagan memoria" afirma.
“Te da que pensar en qué culpa tienen la mujer e hijas de un policía o de un empresario”, añade Santi a su relato sobre la carga emocional de los familiares.
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